Re(paso) de lengua
Para los profesores de lengua y literatura, este blog pretende ser la Cueva de Alí Babá, en la que encontrar alguna idea, algún germen que permita abrir caminos, sembrar dudas, avivar el seso de los más inquietos.
05 mayo 2025
Vulnerables y a menudo invisibles
30 abril 2025
Sesquidécada: abril 2010
Tenemos primero El día de los trífidos, de John Wyndham, una novela apocalíptica que encajaría perfectamente en los gustos de las series actuales (de hecho, hay una versión televisiva de 2009). Se trata de una distopía en la que unos seres mitad vegetal mitad animal tratan de apoderarse de las ciudades dejando ciegos a los humanos y devorándolos después. Como sucede en otras novelas del género (pensemos en el Ensayo sobre la ceguera de Saramago), el caos generado por los trífidos sirve también para reflexionar sobre la condición humana y su organización social. Una novela tan entretenida como angustiosa.
15 abril 2025
Profesor(x)s. Un emoji... triste
En el ensayo Profesor(x)s. Un emoji, de Santiago García Tirado se recogen muchos de esos males de la escuela con los que todos estamos de acuerdo. Es un libro de experiencia personal, escrito con la perspectiva de muchos años de docencia, sazonado con diversas citas de pedagogos, intelectuales y autores clásicos, que se lee fácilmente y que ofrece un punto de vista que nunca dejará impasible al lector. García Tirado desgrana con soltura su vida profesional y nos ofrece en abanico el desastre educativo para que participemos en una partida triste en la que todo parece ir de mal en peor. Como decía al principio, en un claustro de cien personas, si nos ponemos a hablar de todo lo que funciona mal, podríamos dedicar un almuerzo entero o incluso una velada si se tercia. Pero, igual que ocurre en las conversaciones de bar, si tratamos de encontrar soluciones realistas, la tendencia es por un lado a echar balones fuera (la administración, las familias, los políticos...) y por otro a pensar que bajando la ratio se solucionan todos los problemas. Desde luego, en ese claustro de cien personas, un nutrido sector asentirá mientras lee el libro de García Tirado, porque han vivido situaciones como las que se cuentan, porque comparten ciertos diagnósticos y porque aplauden algunas de las propuestas de solución. Esos docentes pueden coincidir en bastantes de las afirmaciones del profesor García Tirado, afirmaciones que confirman sus propias experiencias y que satisfacen esa necesidad de dar voz a un sector del profesorado cada vez más quemado. De hecho, el autor afirma esa convicción de que los docentes están cada vez más atomizados y necesitan unión y apoyo; hasta ahí todo bien. Sin embargo, hay otras muchas afirmaciones en el libro con las que no estaría de acuerdo ni siquiera la mayoría de ese claustro de cien personas. Por ejemplo, habla de familias que vienen a pedir más deberes, algo que no he visto en mis más de veinte años de experiencia; axiomas como "sin silencio no hay hecho educativo" son bastante discutibles y dudo que todos lo apoyasen; la visión de los centros educativos como un espacio hostil en el que los docentes sufren una especie de distopía de supervivencia tampoco creo que lo puedan suscribir todos los docentes de ese hipotético claustro. Es más, conforme uno avanza en su lectura, encuentra referencias muy concretas a unas circunstancias educativas en las que es difícil coincidir: el uso desmedido de las TIC, el enfoque competencial generalizado o la injerencia de fundaciones (concretamente Bofill a través de Escola Nova 21). Muchos docentes del claustro hispano todavía no hemos visto ni portátiles, ni tablets, ni competencias ni apenas trabajo por proyectos en nuestras aulas. Quizá por ello tampoco podemos coincidir algunos en las soluciones que se dan para arreglar los desperfectos de la educación, ya que poco puede ayudar la eliminación de las tecnologías a quienes ni siquiera las han llegado a introducir en el aula. Por otro lado, conceptos como recuperar la autoridad, premiar el esfuerzo o expulsar a las madres de los centros educativos no forman parte del catálogo de expectativas de buena parte del profesorado, al menos por la banda progresista.
A pesar de esas discrepancias, en este libro he encontrado momentos de complicidad, como la necesidad de una escuela lenta que abandone el ritmo frenético de los temarios inabarcables o la exigencia de educar en valores democráticos. Las citas de Pennac y su Mal de escuela o las referencias a La lengua de las mariposas de Manuel Rivas contrastan con otros fragmentos en los que se demoniza el aprendizaje por descubrimiento o la atención al alumnado desafiante, por poner solo un par de ejemplos. En conclusión, Profesor(x)s. Un emoji permite a ese sector del profesorado que ha perdido toda esperanza en cambiar a mejor la escuela encontrar el consuelo de un interlocutor cómplice; por el precio de un libro te ahorras la sesión del psicólogo.
Profesor(x)s. Un emoji. El viejo topo. 2025
Santiago García Tirado
09 abril 2025
Teníamos 15 años... con luces y sombras
Teníamos 15 años es una novela que rinde homenaje a una generación que tiene hoy entre 45 y 55 años, una generación que tiene muy buena memoria para el ocio, la música o el cine de los maravillosos 80 y 90, pero muy mala memoria para los horrores de una sociedad a la que le faltaban varias vueltas de microondas. La nostalgia selectiva que enaltece aquella época, también en lo educativo, deja de lado el machismo, la homofobia y el casticismo más tóxico de una generación anterior que todavía no se había sacudido de los vetos y prejuicios del franquismo.
Pero, al margen de esos guiños a una generación encantada de conocerse, tenemos también el aviso a navegantes para la juventud actual. Ese viajero en el tiempo que revive ahora como docente su época como estudiante va a comprobar que el río de Heráclito todavía arrastra maleza que creía extinguida. Maleza en los actos de los jóvenes de ahora y en la herencia de sus padres que parece perpetuarse como la mala hierba.
Estamos ante una novela breve, muy bien armada en dos tiempos y en dos modos de contar historias que confluyen, con unos personajes con los que es fácil completar los silencios y con un mensaje siempre claro (como en toda la obra de Nando López): ni las convenciones sociales ni las ideologías políticas o religiosas pueden estar por encima de lo que somos y de lo que amamos. Por eso vale la pena darse siempre el chapuzón en sus libros.
Nando López y Nicolás Castell
Loqueleo. 2025
28 marzo 2025
Sesquidécada: marzo 2010
26 febrero 2025
Sesquidécada: febrero 2010
Tengo anotado en las lecturas de febrero de 2010 un libro de Luis Landero del que apenas me acuerdo; lo mismo me ocurre con otro de Herta Müller, que había obtenido el Nobel el año anterior. Es frecuente que en mi recuperación de lecturas de hace quince años para estas sesquidécadas me encuentre con libros de los que no consigo recordar nada. Sin embargo, me sorprende en esta ocasión que ocurra con un autor que me encanta, Landero, y con otra autora que seguramente leí con mucho interés, Müller. Podría culpar al ebook y la lectura en pantalla, pero justamente tengo apuntado que esos libros los saqué de la biblioteca, así que solo lo puedo atribuir al inexorable paso del tiempo y a las cosas de la edad.
Aun así, tengo dos libros de aquel mes que sí han dejado buen recuerdo en mi memoria. El primero es La elegancia del erizo, de Muriel Barbery, una novela que tuvo notable éxito en aquellos días y que llegó incluso al cine. Es una obra con ingredientes que no suelen fallar: una mujer mayor con muchas experiencias de vida para contar y una niña superdotada con muchas inquietudes y curiosidades que saciar. A esto hay que añadir numerosas referencias literarias y una narración ágil que engancha al lector desde el primer momento. Buena recomendación para cualquier lector y para cualquier edad.
El segundo es un clásico que no me explico por qué no había leído hasta entonces: Crónicas marcianas, de Ray Bradbury. No creo que merezca la pena extenderme en dar razones para leerlo, porque forma parte del canon y porque es un referente en la ciencia-ficción de calidad. Un conjunto de relatos que habla más de nosotros que de los marcianos; un conjunto de relatos lúcidos, divertidos y críticos. Un libro imprescindible.
20 enero 2025
Sesquidécada: enero 2010
Tres novelas traigo, tres, hermosas y diferentes, y recomendables las tres a pesar del tiempo pasado. La primera es una novela de un autor que seguro ya conocéis: George R.R. Martin, pero no se trata de su célebre saga de la Canción de Hielo y Fuego, sino de una obra que remite por un lado a la novela gótica y por otro a las narraciones sureñas del estilo Mark Twain o de William Faulkner. Sueño del Fevre es un relato vampírico maravilloso, con todo el encanto del terror sutil del siglo XIX y el ambiente de los vapores fluviales del Misisipi. Por cierto, de este autor de sagas podríamos saltar a otra saga actual de ríos sureños, también con elementos fantásticos: Blackwater. Ahí dejo el anzuelo.
La otra novela recomedada va de trenes y túneles y se trata de Los túneles del paraíso, de Luciano García Egido. Es una ficción basada en la historia real de la construcción de la línea ferroviaria entre Salamanca y Portugal, concretamente la que unía la Fregeneda y Barca d'Alva. En la novela se aprecia el esfuerzo titánico de tanta gente de la zona y de forasteros atraídos por el sueño de una vida mejor. Casi quince años después pude visitar esa zona, con la línea tristemente cerrada a pesar de su atractivo paisajístico y patrimonial, y dar sentido a muchas de las historias que se entrelazan en la novela. Recomiendo por tanto su lectura y la visita a este camino de hierro que, una vez más, demuestra el poco aprecio que tenemos en este país por el patrimonio histórico ferroviario.
Por último, una curiosa novela policíaca en la que las detectives son Las ovejas de Glennkill. La escritora alemana Leonie Swann alcanzó bastante notoriedad con esta intriga en la que un rebaño de ovejas ha de resolver la muerte del pastor. Con buenas dosis de ingenio y humor, el lector irá descubriendo con ellas los entresijos de un crimen pastoril. Divertida y ligera para empezar el año con buen humor.
29 diciembre 2024
Sesquidécada: diciembre 2009
La sesquidécada de diciembre viene cargada de cierta nostalgia, porque me trae autores a los que tengo mucho aprecio y a los que quizá debería visitar más. Aunque esta reseña es de dos libros, en realidad nos visitan cuatro grandes de la literatura. Ahora veréis.
El medallón perdido, de Ana Alcolea, es una novela juvenil que recupera algunos elementos de otro éxito anterior, El retrato de Carlota, del que ya hablé en el blog. Ana Alcolea es una de las grandes autoras de la literatura juvenil, una escritora que cuida mucho sus obras y que nunca subestima a sus lectores. En este caso, tenemos una aventura en África con secretos de familia y con primeros amores. Bien contada y bien resuelta. Una autora y una lectura que son apuestas seguras para el aula.
Mañana no será lo que Dios quiera, de Luis García Montero, es una novela biográfica o una biografía novelada, ambas opciones igual de válidas, que recupera la vida de otra enorme figura: Ángel González. En aquel momento, Ángel González era para mí uno de los mejores poetas del siglo XX. Había muerto hacía apenas un año y, entre muchos colegas de las redes, hicimos un homenaje poético con una wiki en la que recogíamos sus textos y recitábamos en formato podcast sus poemas. Todo aquello se perdió, primero en wikispaces y después en nirewiki, cosas de la red... La novela de García Montero devuelve un poquito de todo lo mucho que nos dejó Ángel González, en su vida y en su obra. Imprescindible, y más de la mano del genial García Montero, tan buen narrador como poeta.
¿Y quién será el cuarto grande que nos visita con estos libros? Almudena Grandes, la pareja de García Montero que nos dejó hace tres años sería la última recomendada en esta sesquidécada, porque nos dejó a todos huérfanos de buena literatura y de nobleza personal, y solo por eso vale la pena recordarla, aunque sea al filo de otras lecturas.